En total, la sala de luto consta de seis paneles de fachada de color beige y una sección de techo, que está chorreada desde el interior y acidificada desde el exterior. A pesar del acceso público, protegen contra las miradas indiscretas. Las piezas se fabricaron en la planta de piezas prefabricadas de HERING en Burbach-Holzhausen y se montaron in situ en poco tiempo.
La idea surgió de las arquitectas Solveig Schacht y Mareile Hörnig, y la ejecución se llevó a cabo in situ en Hamburgo por el estudio de arquitectura de Susanne Netter en Frankfurt. El proyecto cuenta con el apoyo profesional y financiero del Patronato Kuratorium Deutsche Bestattungskultur e.V. y de la Fundación Alemana de Cultura Funeraria.