Fachadas de hormigón arquitectónico

El hormigón para la conservación de recursos, supone un avance en la construcción centrada en la sostenibilidad y el uso eficiente de los recursos. En este material de construcción se utilizan materiales reciclados para crear estructuras ecológicas sin afectar a la estabilidad.

El hormigón para la conservación de recursos es un hormigón convencional para cuya composición se reutilizan áridos ya empleados tras reciclarlos a partir de los escombros de construcciones anteriores. Triturándolo y tratándolo minuciosamente, este hormigón se convierte en un valioso componente de nuevos procesos de hormigonado. Estos materiales recuperados se combinan con cemento nuevo y con aditivos, en caso necesario, para obtener un hormigón que reúna las propiedades requeridas.

El hormigón RC aporta diversas ventajas. La primera: reduce considerablemente la cantidad de materiales de demolición que acaban en los vertederos, lo que favorece la reducción de desechos. La segunda: al usar material reciclado disminuye la necesidad de emplear recursos naturales como grava y arena, lo que incide positivamente en el equilibrio medioambiental. La tercera: el hormigón RC contribuye a reducir las emisiones de CO2, pues para producirlo se requiere menos energía en comparación con el hormigón convencional.

Ahora que el sector de la construcción busca cada vez más soluciones ecológicas, el hormigón reciclado supone un avance positivo. En él se concreta simbólicamente el esfuerzo por desarrollar fórmulas innovadoras que permitan satisfacer las necesidades del presente sin comprometer los recursos de las generaciones futuras.